Monday, November 11, 2013

¡Esto es África!

nuestra guía
¡Esto es África!  

Fui el jueves por la madrugada a Tánger, Marruecos. Fue mi primera vez en el continente y la primer vez desde que entré a Europea ese junio que recibí una marca en mi pasaporte. He viajado bastante durante mi tiempo en Europea, pero nunca he obtenido ninguna marca en mi pasaporte cuando viajo a otro país porque solo había viajado entre la Zona Schengen.

El viaje a Tánger fue demasiado largo: 8.5 horas en un autobús, 3 horas esperando para los billetes para el barco, una hora en barco, y para colmo, 1.5 horas esperando después—14 horas viajando en total. Sin embargo, mereció la pena cuando, por fin, llegamos.  
la vista de Marruecos del barco
El primer día, damos una vuelta por la ciudad y montamos camellos en la playa. Fue tan divertido montarlos en la playa y disfrutar la experiencia de estar en África. Para cenar, comimos tres comidas tradicionales de Marruecos: una sopa (que olió de canela pero saboreó de verduras) con una brocheta de cordero, cuscús con pollo y verduras, y baklava. Además, Marruecos es famoso para su té de menta que ellos toman después de cada comida. Como todos saben,  me encanta té, así que tomé vasos y vasos de este té cada oportunidad que tenía.


¡montando camellos!
Taylor y yo en la playa al atardecer

el entretenimiento con la cena

cuscús




el té de menta 






Taylor, yo, Tina, Holly y Alyssa en Kasbah

El sábado fue un día lleno de actividades para ver y recorrer la ciudad y sus alrededores. Empezamos la mañana con una visita a Kasbah, la ciudad vieja de Tánger. Visitamos a todos los mercados por la calle y a tres fábricas: una de alfombras, una de bufandas y bolsos tejidos y una de cosméticas y especies. Fue increíble que hubiera vendedores quien nos siguió por las calles en todos lugares que fuimos. Es muy fácil fijarse a los turísticas, y todos los vendedores se aprovechan de la oportunidad de gastar dinero. Después de Kasbah, nos fuimos a Asilah, un pueblo en la costa con vistas del mar, la playa, y las rocas. El pueblo era lleno de artistas y productos hechos local. Todas las paredes con arquitectura tradicional con murales pintados por artistas locales. Todas las fachadas eran coloreados y distintos. Era impresionante.

la fábrica de alfombras
las vistas de Asilah





cuevas de Hércules


una muralla en Asilah


Durante todo el tiempo allí, siempre estuve pensando de mi Grammie y su fascinación con África. Siempre nos ha dicho de sus viajes allí y las maravillas del continente. Me alegro que pudiera visitar a un sitio tan precioso para ella. Y que tengo bastante fotos para mostrarle a ella cuando vuelvo a los EEUU.

Fue un sitio muy distinto de algo que había visto. Sé que todos los partes en África son muy distintos y ahora quería investigar más del continente. ¡Supongo que tengo que viajar más y ampliar mis horizontes!

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